Una mujer al teléfono dice:

Tu voz saliendo por el auricular de mi teléfono no es lo mismo que tu voz en mi oído diciéndome cuanto te gusta cojerme.

Tu foto en mi billetera no suple la presencia de tus ojos clavados con fiereza en los míos.

Tus poemas en mi casilla de correo electrónico sólo avivan el deseo de hacerle el amor a tus pensamientos.

Tu recuerdo es placer y es dolor, es dulzura y aspereza.

Tu recuerdo lo es todo; es lo que yo sé de vos, es el universo entero de nosotros dos.

Pero vos, acá, presente y tangible, tu presencia, es la nada misma.

Un universo de posibilidades infinitas.

Es todo, pero no es nada, esperando ser llenado de misterio y devoción.