Ideas sobre el amor y la nada, ahora en capítulos:

Indiferente desde la cama lo mira vestirse lentamente. Su idea del amor es tolerar que la otra persona se quede a su lado luego del sexo, y este no es el caso. 
Con el torso vestido y sin más prendas en el piso, él la mira tiernamente, creyendo como un iluso que el breve encuentro ha sido suficiente para que ella se enamore y edifique pretensiones. Ella adivina en su cara esta pedante preocupación masculina, y le aclara, antes de que pueda emitir palabra, que está equivocado. Amablemente le indica el camino hacía la puerta de salida y le pide que olvide el camino de regreso. 
Para su mayor deleite la cara apologética se transmuta en una de congoja y fingido dolor. Inmutable se da vuelta y se duerme. 


Los pasos del desconocido se transforman en la banda sonora de su incipiente sueño, en el cual es ella la que anda por un oscuro pasillo. Algo la hace pensar en pulpos, e instantáneamente su inconsciente provee tentáculos que aparecen por todas las direcciones. Cada puerta del irreal pasillo deja asomar una viscosa extremidad agitándose con violencia como presa de electroshocks. El aire se vuelve más frío a medida que se adentra en el corredor, y los tentáculos se transmutan en gigantes y arqueadas raíces de árboles. Cuando llega al final ve el techo de su habitación y tarda unos instantes en darse cuenta de que se ha despertado. 


El cuarto apesta al más sucio y bajo acto sexual forzándola a salir. La cocina, el baño, el balcón. Su mirada recorre el marco de la puerta de entrada presa de una extraña hipnosis. Su mente está literalmente en blanco acompañada por una parálisis completa. Sólo los ojos continúan activos buscando algo en ese marco que no termina de comprender que es, pero tiene la sensación de que cuando lo vea sabrá


Obligándose a salir de ese trance casi místico sigue el camino hacía el balcón y se asoma sin pudor de su desnudez a buscar las toallas que había colgado la noche anterior




                                                                                                            *Para QUIEN lo sepa apreciar

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