De chica yo miraba Nikita...entonces Peta Wilson decía:

Esto es un work in progress...puede extenderse, mutar, cambiar, ser eliminado de la faz de la tierra...

Las luces del pasillo del sanatorio titilaban cuando las ruedas del carrito del almuerzo pasaban por la junta de las baldosas. La cocinera de la mañana llevaba un delantal nuevo muy aprestonado  y la puerta de la habitación 114 se abría cada tanto dejando salir un rayo de luz amarilla que cortaba la luz blanca del pasillo. 
Al llegar a la puerta que informaba 123 la cocinera detuvo el carro y destapo las bandejas del estante inferior, sacó 3 bombas, pegó una con masilla en el intervalo entre las dos puertas contiguas y las programó. Repitió el procedimiento  caminando hacia el ascensor. Las bandejas tintinearon cuando dejó el carro al lado de las puertas automáticas golpeándolo despreocupadamente contra la pared.
Bajó los 3 pisos hasta el estacionamiento del subsuelo y subió al auto. Sacó de la guantera la bolsa hermética que contenía el gatillo remoto y lo presionó delicadamente. El ruido del golpear el piso el gatillo no alcanzo a sentirse con el ruido de la explosión, pero ella estaba ya casi en medio de la autopista y su misión se daba por concluida. 
De camino al punto de reunión paró en una estación de servicio y cambio el uniforme por ropa entallada. El baño de la estación de servicio estaba sucio pero ejecuto el protocolo de aseo al pie de la letra. Una gota oradaba una piedra cubierta de musgo que se veía en el lugar donde debería haber un inodoro. La luz anaranjada del foco que colgaba del techo se refractaba en el jabón líquido y formaba diamantes sobre la mesada del lavabo. Cuando salió del baño el encargado de la estación de servicio no la reconoció. 
Cruzo la calle hacia su auto y condujo hasta el frente de un edificio de oficinas que se erigía con sus ventanas gemelas y sus aires acondicionados haciendo juego. El rápido andar de sus tacos resonó sobre la cerámica de la cafetería mientras su mano enguantada empujaba la puerta de vidrio. 
La persona que la esperaba en la única mesa ocupada contra la pared tenia gafas oscuras a pesar de que el recinto no estaba bien iluminado. El intercambio fue breve y anónimo. Sobre la mesa el marrón de los sobres se sucedió por el blanco de las planillas. ninguno de los dos participantes habia tocado el cafe pedido cuando se despidieron en la puerta de entrada. cuando se subió al auto deposito automaticamente los papeles bajo el asiento del acompañante.  

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